Libro en Contexto 07

Libro en Contexto

Apellidos Vascos, Luis Michelena

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Ocho apellidos vascos y más: 

Revista mensual en edición bilingüe que fue publicada durante 21 años (1911-1931). Trata sobre diversos aspectos de la cultura vasca, como biografías de personajes vascos, tradiciones, acontecimientos destacados,  propiedades de su lengua, etc. Recordemos que el llamado País Vasco (Euskadi) es actualmente una comunidad autónoma española, un pueblo que comparte nacionalidad con el resto de la península, pero que tiene una historia particular desde sus orígenes, pues a diferencia del resto de las regiones que conforman España, en Euskadi no hubo presencia romana y nunca estuvo bajo el dominio musulmán.

El pueblo vasco ha sido defensor de su lengua, el euskera, que es la más antigua en Europa que todavía se habla; también es defensor de su historia, y parte de esa defensa consiste en registrar, describir, difundir y divulgar las singularidades de su cultura. Esta publicación es un ejemplo de esto, y en ella sobresale un lenguaje cuidado y florido, y un amor desmedido por la conservación de patrimonio material e inmaterial.

El diccionario “Apellidos vascos”, de Luis Michelena, es uno de los libros que conforman la Biblioteca Vascongada, dedicada a una serie de estudios y publicaciones especializadas sobre la lengua del País Vasco.

“Apellidos vascos” es un completo y erudito estudio lexicográfico que sitúa las raíces euskeras, como uno de los idiomas más antiguos de Europa. Según su autor, Luis Michelena, las etimologías vascas pueden ser identificados con elementos léxicos o gramaticales conocidos de la lengua vasca o de otras que han estado en contacto con ella —o bien con nombres propios atestiguados en esa zona—, la finalidad que aquí se persigue queda suficientemente conseguida” (Michelena, 1953, p.7).

Para el estudioso de la lengua vasca, nos dice el autor, “el apellido ha perdido desde hace tiempo el contacto con la casa o población que en muchos casos le ha prestado el nombre, y no perseguimos ya más que la sombra de una sombra”. De esa manera, el diccionario sobre apellidos vascos rescata y rememora las profundas raíces de las palabras.

Michelena considera que un apellido es vasco por el simple hecho de que alguno de sus componentes lo sea, o incluso simplemente porque lo sea la forma en que están compuestos. Al respecto, nos advierte el lingüista vasco, en los apellidos se nos han conservado muchas veces como variantes las formas más antiguas y más completas: Arrataguibel / Arratibe / Arribillaga, Otaegui / Otegui.

Luis Michelena (1915-1987) fue una de las mayores autoridades de la lengua vasca. Doctor en Filosofía Clásica por la universidad de Madrid, carrera que estudió en la cárcel, donde estuvo condenado a muerte al finalizar la guerra civil española, Michelena era también catedrático de latín y de lingüística indoeuropea y vasca por la universidad del País Vasco (“Fallece el lingüista vasco Luis Michelena”, El País, 12 de octubre de 1987).

Para síntesis del lector, hemos seleccionado de este detallado libro una serie de apellidos vascos a manera de muestra:

Arocena, Izaguirre, Aizpuru, Aguirre, Albia, Amezqueta, Aldama, Aldape, Aramberri, Aramburu, Aristegui, Azcárraga, Barrondo, Larrinaga, Belaunzaran, Belasteguigoitia, Celaya, Churruca, Daurte, Echegaray, Elguezabal, Gamboa, Gamio, Garibay, Garro, Goicochea, Gorostiza, Ibarguen, Ibarra, Ibarreche, Icaza, Iriarte, Iturriaga, Irazoqui, Jauregui, Juaristi, Larrazabal, Larrinaga, Lecumberri, Letona, Loyola, Maiz, Maizterrena, Muguerza, Muñuzuri, Nafarrete, Narvarte, Necochea, Olloqui, Oribe, Rentería, Uranga, Urdaybay, Urquizo, Vera, Vergara, Vidaurre, Viscarra, Yarza, Zamudio, Zatarain, Zuloaga, Zumárraga, Zunzunegui.

Koldo Mitxelena

Ficha bibliográfica

Michelena, Luis, Apellidos Vascos, Monografía número 11, Monografías vascongadas, Amigos del País de San Sebastián, 1953, Editorial Icharopena, España., 157 páginas.

Editorial Icharopena

De acuerdo con el artículo, “La edición en euskera” (en Biblioteca Virtual Miguel  de Cervantes), la impresión y reimpresión de algunas obras en euskera en el País Vasco no llegó hasta la década de 1950 de la mano de la editorial Icharopena, fundada en Zarautz en 1932, editorial que vio truncada su actividad tras el estallido de la Guerra Civil. Los editores de Icharopena prepararon nuevas ediciones de algunos autores vascos ya fallecidos y publicaron a otros nuevos. La mayoría de las obras aparecieron en la modesta colección Kuliska.

Función del diccionario

Empresa perpetuamente inacabada, la invención del diccionario viene de tiempos muy remotos. Al igual que la escritura, se han encontrado textos cuneiformes en Mesopotamia hacia 2300 a.c. El término diccionario se lo debemos al inglés John de Garland, que en  plena Edad Media, en el año 1220, escribió un libro para ayudar a la dicción latina. Dicha empresa literaria, sirvió como base para posteriores diccionarios.

De acuerdo con la etimología, la palabra diccionario, refiere la “dictio”, es decir, la acción de decir, o expresar la palabra. Por su parte, la raíz del “dicere”, decir, se liga al indoeuropea “deik”: mostrar, señalar, pronunciar solemnemente[1].

Esa clasificación sistemática de la palabra, dio lugar a una diversidad de diccionarios y temáticas. Hay una necesidad, por más sencilla que resulte, de clasificar, ordenar y sistematizar. El diccionario refleja esas pretensiones de pueblos y civilizaciones ante la palabra escrita. A esa acción llamamos lexicografía, como afán de elaborar diccionarios.

No obstante la paciente labor lexicográfica, la lengua es viva, dinámica, cambiante, caprichosa. Dada a las mezclas de signos y significados, los diccionarios pretenden inmovilizar el movimiento. Al paso de los años, son una muestra de ese tiempo transcurrido.

¿De dónde vienen los diccionarios?

Ante la necesidad de orden y referencias, los diccionarios guardan las palabras y sus significados. Bien lo dijo Aristóteles en la Metafísica: “Todos los hombres tienen naturalmente el deseo de saber”. Así, el diccionario aparece como una complicación del conocimiento sobre la palabras, al fin, una clasificación lexicográfica.

Sin embargo, cada diccionario a su vez marca una época o un tiempo determinado. Al lector contemporáneo, no dejan de sorprenderle los viejos diccionarios por sus contrastes y diferencias. Una misma palabra pude variar diametralmente su significado a lo largo del tiempo. Nada como sumergirnos en un puñado de palabras para rescatar los viejos usos y comprobar que el cambio parece la constante.

Por ejemplo, si nos situamos en la época del Virreinato en México durante el siglo XVII o XVIII, la palabra país se utiliza como “paisaje” o “región” determinada, y no exclusivamente para referirse a un estado nacional como lo utilizamos actualmente.

Para fines prácticos, tenemos diccionarios de los más variados temas e intereses. Desde el famoso Diccionario filosófico de Voltaire, hasta el ácido Diccionario del Diablo de Ambrose Bierce. 

Los primeros diccionarios

En español los primeros diccionarios se elaboraron entre los siglos XV y XVIII. El primero fue el de Alonso de Palencia en 1490, luego le siguió el de Elio Antonio de Nebrija en 1492, así como el “Tesoro de la lengua castellana o española” de Sebastián de Covarrubias en 1611. Pero fue hasta el Diccionario de Autoridades la Lengua Española, publicado entre los años 1726 y 1739. A partir de entonces el diccionario de Autoridades se volvió una referencia de la Real Academia Española. Actualmente estos tesauros históricos pueden ser consultados en línea en la página, www.rae.es

Vascos laguneros

Desde mediados del XIX en el Noreste de México, la presencia de los vascos se volvió notoria por su participación económica en diversas empresas agrarias e industriales. En la Comarca Lagunera destacaron por su actividad en el algodón, la banca y la industria. Entre los vascos más emblemáticos de la región algodonera de La Laguna, recordamos especialmente a Leonardo Zuloaga (1806-1865) y a Rafael Arocena Arbide (1847-1919).


[1] Diccionario etimológico español en línea, http://etimologias.dechile.net/